Algramo: Una solución de compra inteligente ‘a granel’ para poblaciones pobres

Hoy en día, ni los avances tecnológicos, ni la modernidad, han reducido los problemas de pobreza que existen en gran parte del mundo. Las desigualdades sociales en Latinoamérica siguen siendo las mismas que en los años 60, y en el mundo más de la mitad de la población vive con 2 dólares diarios.

Esta es la razón por la que surgió Algramo, una solución de compra inteligente ‘a granel’ para poblaciones más necesitadas, en tiendas de barrio, preferentemente de zonas marginales, que está considerada por Fast Company, en el ranking de las empresas más innovadoras del mundo, en este año.

Nace Algramo

José Manuel Moller, fundador y director de Algramo contó su historia de emprendimiento social con motivo del evento Idear Soluciones, organizado por el BID, hace unos días,  en Lima, siendo la primera vez que este organismo internacional realiza este evento en Latinoamérica.

José Manuel es chileno, estudió Ingeniería Comercial (mezcla de administración de empresas con economía, como él mismo dice) en la Universidad Católica de Chile y estando allí decidió irse a vivir, junto a tres amigos, a un barrio vulnerable llamado La Granja. “Decidimos vivir allí un semestre y nos quedamos año y medio. Yo particularmente estaba a cargo de comprar y cocinar y al comprar en pequeñas tiendas, almacenes como les llamamos los chilenos, sin planificar, me dí cuenta que cuando no me alcanzaba para comprar la botella de litro, por ejemplo, y tenía que comprar por cuartos, terminaba pagando 40% más. A esto le llamé ‘impuesto a la pobreza’”.

Explicó que hoy en día las familias más pobres pagan 40% más por productos básicos, de primera necesidad y esto afecta al 70% de las familias en Chile y a un 85% de familias en Latinoamérica.

“Es una consecuencia del modelo económico que tenemos y me pareció gravísimo que esto ocurriera y que no se estuviera haciendo nada para solucionarlo. Las grandes empresas marginan más a los formatos pequeños y los dueños de las tiendas no conversan entre ellos para comprar en conjunto”.

Por qué ocurre este problema

José Manuel comentó que el problema ocurre porque entre que se produce el producto y llega a la tienda hay demasiados gastos como el etiquetado, empaquetado, campañas de marketing, etc.

“Entonces se me ocurrió llevar el producto, a granel, a la tienda. Es algo que está extendido en Latinoamérica pero que en Chile ya desapareció. Pero el granel tiene dos problemas; uno la higiene y el otro el marketing. La gente comienza a comprar marcas y ya no productos y eso hace que se desplace el granel”.

Entonces ideó la forma de revivir este antiguo sistema, que como dijo, ya no es una opción en Chile y diseñó su modelo usando una máquina expendedora de chicles que la llenó con detergente, esto no funcionó y luego ideó un prototipo con una caja de madera muy rudimentaria que la instaló en una tienda de barrio marginal. Si bien funcionó solo dos semanas, le permitió probar su modelo y validar su propuesta porque a la gente le interesaba comprar de otra manera.

Luego, junto a su socio, que es diseñador industrial, construyeron más máquinas.

Cómo funciona Algramo

Algramo funciona de una manera similar a las máquinas expendedoras de gasolina. “Uno compra un envase, la primera vez, que cuesta alrededor de 50 centavos de dólar, lo coloca en la máquina, inserta el dinero de acuerdo a la cantidad que quiera comprar, aprieta el botón del producto y listo. La máquina se encarga de dar la cantidad exacta de acuerdo al dinero ingresado y como es a granel, la persona paga el precio justo. La idea es darle flexibilidad de compra a la familia, reutilizar el envase y no contaminar”.

Este modelo de negocio ha permitido que algramo sea considerada una Empresa B que se caracteriza por tener un triple impacto. “En nuestro caso, impacto social porque reducimos los precios de compra entre un 30% y 50%, además de ayudar al tendero a competir con las grandes cadenas de supermercados. Económico, porque nosotros ganamos un margen y el dueño de la tienda también porque le damos un mejor margen que nuestra competencia, y medioambiental porque al reutilizar un mismo envase ahorramos el producir otros y eso reduce la contaminación”.

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(Artículo publicado en Gan@Más # 34, Diciembre 2015)