¿Cómo realizar una diferenciación de productos para una campaña digital?

Quienes han tomado la decisión de montar una empresa para ser los dueños de su propia vida profesional, pronto se encuentran con una imponente saturación comercial. No importa el sector económico del que hablemos: sea el que sea siempre va a haber una larga lista de competidores a los que hay que superar. Por suerte, existen ciertas técnicas que ayudan a los negocios a destacar por encima de los demás. Al menos de cara a las campañas publicitarias que se diseñan para el marketing digital. La diferenciación de producto es un recurso clave en esta materia y es importante conocer en detalle todo lo que envuelve a esta metodología tan crucial para el éxito corporativo.

En qué consiste la diferenciación de productos y qué ventajas tiene

Para entender cómo se debe llevar a cabo un proceso de diferenciación de productos, lo primero es definir exactamente en qué consiste esta acción. Bien, a grandes rasgos podemos determinar que es el conjunto de parámetros que hacen que un artículo o servicio que tienes en venta destaque por encima de los demás hacia un público objetivo concreto. Como su propio nombre indica, es lo que te va a diferenciar del resto, provocando que el consumidor encuentre rápidamente tu marca dentro de un mercado saturado. De ahí que llevar a cabo este proceso sea una absoluta prioridad desde el minuto uno.

Como puedes intuir, el beneficio principal de la diferenciación de producto es que se trata de un medio clave para generar una ventaja comercial con respecto al resto de las alternativas del mercado. Mientras que el resto de las empresas quedará como una masa uniforme, tú saldrás como la respuesta precisa a las necesidades del consumidor. Lo cual, claramente, tiene una repercusión directa en el volumen de ventas y en las ganancias que eres capaz de obtener mensualmente.

No obstante, hay otros efectos directos de la diferenciación de productos que igualmente debes conocer. La creación de lealtad de marca, haciendo que la audiencia te identifique solo con el logo o el tono de tus campañas, aumentar los precios sin que ello repercuta negativamente en las ventas o reducir el público objetivo, yendo exclusivamente a quienes tienes que ir, son otras tantas ventajas de esta acción. De ti depende sacar el máximo partido a las cualidades de cada producto y a tu imagen corporativa. Cuando lo hagas, tu audiencia responderá y podrás ver cómo tu negocio se solidifica en el mercado actual.

Tipos de diferenciación y cómo cumplir con ellos

El primer paso para comenzar con la diferenciación del producto es centrarse en el público objetivo. Debes conocer sus necesidades, sus gustos, sus frustraciones, sus deseos y, en definitiva, cualquier sentimiento que pueda repercutir en su decisión de compra. Una vez tengas esto claro, tocará buscar un elemento diferenciador de tu producto. Puede ser algo que tengas desde un principio o un añadido que deseas destacar de cara a una campaña digital. Lo importante es que dé respuesta a los interrogantes anteriores. Es más, este elemento diferenciador no tiene por qué ser exclusivo del artículo que vendes, tal y como ocurre con el precio, el packaging, la atención al cliente o el servicio postventa.

Siguiendo en este orden de ideas, es importante diferenciar tres tipos de diferenciación de productos. El primero de ellos es el vertical, en el que el cliente categoriza sus opciones de forma objetiva (por precio, por calidad o por cualquier otro atributo claro y medible). En el caso de la diferenciación horizontal, el cliente hace esta categorización de forma subjetiva; lo cual nos da pie a aplicar la psicología en el marketing para convencer de que somos la mejor alternativa. Por último, encontramos la diferenciación mixta, que combina las dos anteriores y que, una vez más, nos obliga a ser inteligentes a la hora de demostrar que somos los más relevantes de nuestro sector.

Sabrás que has alcanzado el éxito en esta materia en el momento en el que tus ventas y las interacciones positivas con tus productos aumenten. Si la gente reconoce tu marca, el éxito corporativo estará muy cerca: lo único que quedaría por hacer es estar a la altura de aquellos valores que has destacado para diferenciar tu producto de los demás.