El 65% de peruanos cree que el Gobierno no combate la delincuencia
26 Octubre, 2014 / 11:40 am
El 84% de peruanos dice que se siente inseguro de caminar por la ciudad y el 65% considera que el aspecto más negativo del actual Gobierno es que no se combate la delincuencia, según la encuesta de GfK.
Al respecto, Hernán Chaparro, presidente de la consultora Gfk, señala que estos resultados deberían llevar a conversaciones serias sobre la seguridad ciudadana pero de eso hay poco o nada.
“No está claro si una primera ministra con 32% de aprobación o un polémico ministro del interior con 41% de opiniones favorables sobre su gestión sean los motivos de tanta agitación en el congreso. En todo caso, son cifras que este gobierno no exhibía hace tiempo, al menos para esos cargos”, subraya Chaparro.
La encuesta también señala que más del 67% de peruanos desaprueba algunas de las frases del Ministro del Interior Daniel Urresti, como “Hay una percepción de inseguridad de la gente pero no estamos en una situación que ponga en riesgo al país” o “El sicariato debe preocuparle a los delincuentes, al poblador común no le preocupa mucho”.
Luego de las elecciones
En esta primera encuesta de GfK, luego de las elecciones municipales y regionales, se preguntó a los que votaron qué fue lo que motivó su decisión. En el caso de Lima se puede ver que hay particularidades con relación a cada candidato: capacidad de gestión, ser diferente, la honestidad.
Chaparro explica que “mirando el conjunto de electores, hay criterios en común que llaman la atención. Entre los dos primeros motivos hay uno que revela el desafecto que sigue horadando el ánimo ciudadano: “Me pareció mejor que los otros/el menos malo”. No se elige por las características personales, ni se mencionan propuestas. Como algunos dicen cuando se enfrentan a una desesperanzada elección de pareja: es lo que hay”.
Si a eso se suma que un 16% terminó decidiendo el mismo día su voto por alcalde y un 23% definió por quien votar por presidente regional el mismo cinco de octubre, queda claro que el ánimo electoral no rebosa de buena salud, finaliza Chaparro.
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