Tu servicio tiene un precio

29 Octubre, 2016 / 11:55 pm

Al emprendedor y en especial al creativo propongo con urgencia: Conoce el valor de tu trabajo. Cuantifícalo. Comunícalo. Cóbralo. Aunque lleves el alma en la mano al realizar tu trabajo: tu servicio tiene un precio. Si no le das el valor adecuado a lo que creas para servir a tu cliente, no le estás sirviendo del todo. Tu cliente necesita el consistente apoyo de tu excelencia. Para eso te contrata. Le debes tu excelencia y esta tiene su precio. ¿O confiarías en un Porsche si este costara tres soles?

Si no conoces el valor de tu servicio no estás ayudando a tu cliente a solucionar sus problemas. No le sirves a nadie cobrando demasiado barato. Si tú no confías en tu servicio y en su valor, tu cliente tampoco podrá hacerlo. No confiando erosionas el fundamento del bienestar y abundancia de tu comunidad. Con esta actitud no le sirves a nadie. Y servir es una de las razones de ser de cualquier emprendedor, en especial de un creativo. Tu desarrollo profesional a la par del incremento de tus ingresos es una oportunidad enriquecedora, tanto para ti como para los que te rodean.

A mi consultorio vienen creativos talentosísimos que son un desastre a la hora de cobrar por sus servicios. Dos factores les complican la vida. Primero, no se han dado el trabajo de nombrar y cuantificar los ingredientes que crean la magia del servicio que entregan: su talento, formación, experiencia, infraestructura, materiales, expertos que ellos mismos contratan para realizar los proyectos y sus ganancias. Abordan un proyecto con la idea surreal de que a su creatividad y a su talento no se les puede poner un precio. Por eso tienen dificultad en demandar un honorario adecuado. La situación se empeora aún más, cuando se quejan de que los clientes no están dispuestos a pagar bien. Les cuesta entender que el propio punto de partida difuso provoca a su vez una baja moral de pago. Mi propuesta como consultora es siempre la misma: genera claridad sobre los gastos que tu mismo y tu equipo generan, para brindar el servicio, define este valor, define el valor de las ganancias que quieres obtener y comunica tu honorario. Toma consciencia de que el producto y la calidad que entregas es medible y eso se refleja en el precio. Es medible porque soluciona un problema determinado y con eso llego al segundo punto.

El creativo no se ha dado el trabajo de especificar nítidamente qué problema le está solucionando al cliente. Si no sabes ilustrar con exactitud, cómo tu cliente se sentirá disfrutando del servicio que estás brindando, es porque tampoco has entendido exactamente sus necesidades. Este es un punto de partida fatal para cualquier operación.

Generar claridad sobre los beneficios que tu cliente disfrutará, ya está a tu alcance: los proyectos que has realizado con éxito. La documentación y evaluación de tus proyectos concluidos es una mina de oro. De allí puedes extraer las fórmulas que han generado satisfacción a tu cliente. El análisis te ayuda a entender qué problema específicamente has resuelto y cómo el cliente se siente al disfrutar de esta solución.

Si eres autónomo, en especial si eres creativo, le haces un enorme favor a tu comunidad, encontrando el precio adecuado para tu servicio, comunicándolo y cobrándolo. Considera los costos de tus proyectos y las ganacias que quieres generar. Así le devuelves el alma al capitalismo, entregando valor a cambio de otro valor en su justa medida. La magia ocurre cuando ambos están en equilibrio.

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Andrea Sydow

Consultora internacional en comunicación

Es consultora internacional en comunicación para desarrollar el liderazgo en emprendedores. Es coach certificada y facilitadora autorizada para impartir ceremonias y talleres de Perdón Radical en alemán, español, portugués e inglés.

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