¿Es tan malo que la economía peruana crezca al 5%?

Algunos medios y analistas periodísticos advierten el bajo crecimiento de la economía en febrero, que se expandió en 4.9%, alertando que este nivel decepcionó al mercado que esperaba un crecimiento de 5.9%. Cuestionan que el Gobierno no quiere admitir que la economía se viene desacelerando para que no bajen las expectativas de los agentes económicos.
Para nadie es un secreto que la economía peruana, y la de la mayoría de países del planeta, viene desacelerándose, en un contexto en que la economía mundial aún no encuentra un equilibrio y sigue caracterizada por menores precios de materias primas, mayores costos financieros y, con ellos, un menor crecimiento de las economías emergentes.

Tanto el BCR, en su último reporte de Inflación, como el MEF, en el Marco Macroeconómico Multianual 2015-2017, han reducido sus estimados de crecimiento de la economía peruana para este año, debido básicamente al contexto externo. El ente emisor redujo sus estimados de 6% a 5.5%, mientras que el MEF lo hizo de 6.5% a 5.7%.

Ante esto, ¿es tan malo que nuestra economía crezca al 5%? De hecho que tener altas tasas de crecimiento es lo que todos queremos porque así se podría reducir, a mayor velocidad, los índices de pobreza, se aumentarían las inversiones públicas para cerrar la brecha de infraestructura, o se mejorarían los servicios en educación y salud, etc.

Pero no debemos perder de vista que, lamentablemente, nuestra economía sigue dependiendo de los precios de las materias primas. Es necesario tener una base de crecimiento más diversificada, la estructura productiva de nuestro país casi no ha cambiado en los últimos 50 años. Esta tarea es más urgente si se considera que el período de precios altos de las materias primas ya habría llegado a su fin. Se estima que si estos precios caen, al Perú le afecta entre 2% y 3% de menos crecimiento, siendo nuestro país el más sensible a la variación de estas cotizaciones.

En estas circunstancias, la economía peruana solo crecería en alrededor del 5% en este año, y el MEF espera una aceleración en torno a 6.4% en el periodo 2015-2017, con lo cual el país se posicionaría como una de las economías de mayor crecimiento en el mundo.

Algunos gurús del periodismo dicen que pensar así es un consuelo de tontos y se debe volver a tener tasas de crecimiento por encima del 7%. Pero la realidad indica que el país está llegando a su potencial de crecimiento con la actual estructura productiva, y es necesario buscar otras fuentes de crecimiento más sostenibles.

Todos destacan las notas aprobatorias obtenidas por el Perú, durante varios años, en casi todas las variables macroeconómicas, como el crecimiento, inflación, reducción de pobreza, reservas internacionales, etc. Pero ahora es urgente ir corrigiendo las notas jaladas que se tienen en indicadores como el acceso a internet, índice de oportunidades humanas, informalidad laboral, y gasto en investigación y desarrollo, entre otros.

En este camino, es una buena iniciativa el Plan Nacional de Diversificación Productiva, presentado este lunes por el titular del Ministerio de la Producción, Piero Ghezzi, con el que se busca impulsar nuevas actividades productivas que sean motores adicionales para el crecimiento y promuevan una mayor diversificación, lo que permitirá reducir nuestra vulnerabilidad externa, mejorar la productividad y maximizar las posibilidades para sostener un crecimiento económico a largo plazo, como él mismo lo subraya. Esperemos que este plan empiece a tener sus resultados en este año, como también lo afirma el Produce.