Consolidemos la clase media para evitar que muchos regresen a ser pobres

Hace unos días, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentó un estudio que revela que la expansión de la clase media peruana continuó en el 2014, a pesar de la desaceleración económica. El estudio señala que entre el 2013 y 2014, la clase media aumentó de 49.6% a 50.6%, es decir, en el último año alrededor de 328 mil peruanos se sumaron a este segmento, el cual estaría conformado aproximadamente por 15.8 millones de personas.

Para Fidel Jaramillo, representante del BID, son tres los factores de avance de la clase media peruana: las tasas positivas de crecimiento de la economía, una dotación de capital humano de mayor calidad y el propio emprendedurismo de la clase media que ha sido un factor importante. Dice que a diferencia de otros países, la clase media peruana ha escapado al estancamiento gracias a su capacidad de emprender “de recursearse como dicen acá”.

Es muy cierto, en nuestro país, muchas familias han hecho lo imposible por salir adelante, los padres con el deseo de ofrecer una mejor educación a sus hijos han buscado emprender algún negocio o consolidar los que tenían, aprovechando el crecimiento de la economía registrado en los últimos años. Este segmento de la población ha ayudado a consolidar el mercado interno y ha atenuado los impactos de la crisis internacional en países emergentes como el Perú.

Muchos peruanos que empiezan a sentir que ya no pertenecen a los niveles socioeconómicos más bajos sino a la media, se sienten más importantes dentro de la sociedad y cambian sus hábitos de consumo. Este grupo de la población ha impulsado el consumo de nuevos productos y servicios al tener estilos de vida más aspiracionales, dando mayor valor a la diversión, a la moda y a la gastronomía.

El estudio del BID señala que en Perú el 2.7% de la población está en el segmento de ricos, el 50.6% en clase media, el 33.6% es vulnerable (en riesgo de volver a la pobreza) y el 13.1% es pobre. Según la metodología del organismo internacional, en el enfoque de seguridad económica, se considera a una persona como pobre si tiene ingresos diarios inferiores a US$ 4, los vulnerables ganan entre US$ 4 a US$ 10 diarios, la clase media percibe ingresos entre US$ 10 y US$ 50, y los ricos ganan más de US$ 50 al día.

Es muy positivo el avance de la clase media en nuestro país, pero al mismo tiempo siguen existiendo riesgos porque este segmento aún no está consolidado y tiene una mayor concentración de hogares cercanos a la franja de vulnerables, es decir, de caer nuevamente en la pobreza (según algunos estudios como el de la OCDE). Esta situación contrasta con la realidad de otros países de la región, como Uruguay, Brasil y Argentina, donde se requerirían shocks externos muy fuertes para afectar a sus clases medias.

Un gran porcentaje de trabajadores que pertenecen a la clase media en Perú no tienen un contrato de trabajo fijo, trabajan como independientes o están en el sector informal. Esta inestable situación es el principal factor de vulnerabilidad porque no son favorecidos por la cobertura de los seguros de salud y pensiones.

Para reducir esa vulnerabilidad y asegurar que la clase media siga dinamizando el mercado interno en forma sostenida se requieren políticas gubernamentales que combatan frontalmente la informalidad laboral y promuevan la protección social y el desarrollo del capital humano para tener nuevas generaciones con medios de vida más seguros que los de sus padres.