¿Cómo mantener una cultura de integridad en tiempos del COVID-19?

17 Octubre, 2020 / 5:11 pm

La pandemia global del COVID-19 ha cambiado al mundo, impactando la vida de familias, comunidades y organizaciones en todos los continentes. En el Perú, según información pública al mes de mayo de 2020, se estimó que entre el 50% y 55% de la actividad productiva del país se encontraba paralizada, con más del 60% del total de empresas, a nivel nacional, prohibidas de operar durante el estado de emergencia. Sin embargo, a pesar del gran impacto causado por la pandemia, de acuerdo con la Encuesta Nacional Urbana de IPSOS Perú, del mes de abril de 2020, el 56% de la población peruana aún consideraba a la corrupción como el principal problema del país; dejando al impacto causado por el COVID-19 en segundo lugar .

Si bien durante los últimos meses el aparato productivo se ha empezado a recuperar gradualmente, las organizaciones se están viendo obligadas a operar bajo una “nueva normalidad” con capacidad limitada y priorizando el trabajo remoto.

Con mayor presión por alcanzar resultados, los colaboradores de las compañías, desde grandes multinacionales hasta pequeñas y medianas empresas (PYMES), podrían estar dispuestas a sacrificar la integridad para alcanzar resultados creyendo que así ayudarán a sus organizaciones a sobrevivir a la crisis.

En medio de estos grandes desafíos, hay algo que las organizaciones pueden hacer para protegerse: incluir la integridad en la agenda del Directorio y de la Alta Gerencia. A continuación, les presentamos algunos consejos para mantener la cultura de integridad en las organizaciones mediante la implementación de un Programa de Cumplimiento.

1. Liderar con el ejemplo: Si bien la responsabilidad de actuar con integridad es de cada uno de los colaboradores que conforman una organización, es responsabilidad de los accionistas y de la Alta Gerencia liderar con el ejemplo.

Esto involucra hacer visible la conducta que esperan que sus colaboradores imiten, mediante mensajes frecuentes, así como en el actuar del día a día. Hablar sobre integridad mientras se espera (explícita- o tácitamente) que los objetivos se logren a toda costa sin importar el cómo; podría enviar el mensaje equivocado. Es de suma importancia reconocer que, como negocio, debemos de alcanzar nuestras metas, haciendo siempre lo correcto.

2. Evaluar los Riesgos de Integridad: Realizar una evaluación de riesgos de integridad es probablemente el paso más importante para luego poder diseñar un Programa de Cumplimiento. Considerando que los recursos son escasos, resulta clave priorizar los esfuerzos. En este sentido, hay que identificar los riesgos a los que estamos expuestos, para finalmente valorarlos según su probabilidad e impacto. Dependiendo de los resultados obtenidos es que se definen las actividades que mencionamos en el siguiente punto.

3. Diseño del Programa de Cumplimiento:

a. Actividades de Prevención: Son personas las que cometen los actos irregulares, es por ello que este tipo de actividades busca fortalecer la cultura de integridad de la organización, documentarla y difundirla a todos los colaboradores; dando un mensaje claro del comportamiento esperado por parte de la empresa. Esto se puede lograr mediante la ejecución de un plan de difusión y capacitación en materia de integridad, así como la elaboración de políticas que definan qué se puede hacer y qué no.

b. Actividades de Detección: La naturaleza propia de los actos irregulares implica ocultamiento y engaño, debido a que las personas que los cometen no desean que estos actos sean identificados. De ahí la relevancia de las actividades de detección. Estas pueden incluir: i) procedimientos de auditoría interna a transacciones de riesgo (p.ej. caja chica, rendición de gastos, entre otros), ii) análisis de grandes volúmenes de información extraídos de los sistemas para encontrar patrones irregulares y iii) la implementación de sistemas confidenciales de denuncia (líneas éticas) que permitan a los colaboradores reportar conductas irregulares de manera confidencial y libre de represalias.

c. Actividades de Respuesta: Considerando que, a pesar de nuestros esfuerzos de prevenir los riesgos, éstos igual podrían ocurrir, resulta importante establecer protocolos que debe seguir la organización frente a una situación de incumplimiento. Son las actividades de respuesta las que permiten a las organizaciones demostrar que honran su compromiso de actuar con integridad: no solo conduciendo investigaciones y aplicando sanciones a los involucrados, sino también implementando nuevos controles para evitar que estas situaciones vuelvan a suceder.

Si hacemos un símil poniendo la integridad como nuestra salud personal: i) es importante tomar medidas preventivas para evitar enfermedades como el hacer deporte y adoptar una alimentación saludable, ii), periódicamente hacerse exámenes médicos para detectar posibles enfermedades y iii), en caso se detecte algo, tratarlo oportunamente e implementar medidas para evitarlas a futuro. Mantener una cultura de integridad en nuestras organizaciones está en nuestras manos.

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