Madres emprendedoras

Cuando el 14 de mayo se celebre el Día de la Madre, en el Perú, el país estará celebrando a más de ocho millones de mujeres. Se trata del 64.4% de la población femenina que gestó dentro de sí a otro ser humano y lo dio a luz. Este es un acto maravilloso que debe llenarnos de agradecimiento cada vez que ocurre.

Pero hoy pondré mi enfoque en otra tarea que realizan algunas madres. El 39% de las mujeres peruanas está registrado como emprendedoras, siendo que el 77.3% pertenece al sector informal.

Aunque desde 1956 en el Perú la mujer puede participar en elecciones, como electora y candidata, hasta el día de hoy aún tiene que superar una brecha que le dificulta el acceso al sistema financiero. Estudios recientes siguen demostrando que a las mujeres y niñas les va peor que a los hombres en una variedad de factores que las predispone a la pobreza.

“La alfabetización financiera de mujeres y niñas no solo mejora sus habilidades de lectura y escritura, también las educa para llevar cuentas de transacciones, administrar, ahorrar y hacer presupuestos”

Por eso una mujer que logra integrarse financieramente, de manera independiente, como emprendedora, es un agente de cambio muy poderoso. Con el sencillo acto de realizar su emprendimiento está abriendo la posibilidad para otras mujeres. Está demostrando que un camino independiente y autónomo de inclusión financiera es posible y que sus hijas y otras mujeres pueden seguir sus pasos.

Una madre emprendedora altera el orden social en el cual emprende. Transmite a sus hijas conocimientos financieros y de liderazgo. Es modelo a seguir para otras niñas y mujeres. La alfabetización financiera de mujeres y niñas no solo mejora sus habilidades de lectura y escritura, también las educa para llevar cuentas de transacciones, administrar, ahorrar y hacer presupuestos. Las mujeres con esta capacitación adquieren una fortaleza social y emocional mientras aprenden importantes habilidades. Su inclusión financiera beneficia a los hogares, las comunidades y la sociedad.

El aguante de la emprendedora, que es madre, fue forjado por las demandas y los tesoros de la maternidad. Estas experiencias le dieron un poder que solo conoce la que lo vivencia. Deseo de corazón tanto para los ocho millones de madres en el Perú como para la sociedad peruana que cooperemos con este poder en lugar de combatirlo o explotarlo desconsideradamente.