De inga y de mandinga

27 Abril, 2014 / 12:17 pm

El Perú es una nación muy rica en cultura. Las manifestaciones culturales en el país se desarrollan y reconocen por cientos cada día. En nuestra vida diaria, muchas veces sin percatarnos de ello, la expresión de nuestra riqueza cultural se manifiesta esplendorosa a cada momento. En el lenguaje, la gastronomía, la vestimenta, la música, el arte, la arquitectura, y en general en casi todas las actividades cotidianas se hace evidente la maravillosa fusión cultural de la cual estamos compuestos.
Nuestro país es multicultural y plurilingüe, de orígenes raciales múltiples, de marcada mixtura. Y esto explica la gran riqueza cultural que poseemos. Sin embargo, pareciera que, lejos de infundir orgullo y satisfacción a muchos de sus pobladores, esto les resulta un problema. Hechos de discriminación racial y cultural se ven a diario, algunos con mayor publicidad que otros.

Ante ello, debo suponer que la ignorancia ha establecido su dominio en la mente de estos compatriotas. Me explico: es evidente que en ámbitos culturales la diversidad es mucho mejor que la unicidad, lo múltiple mejor que lo único, lo polícromo mejor que lo monócromo. En nuestro país esto se manifiesta como una realidad concreta. Nuestra cocina, por ejemplo, tan ensalzada últimamente en diversos espacios nacionales y mundiales, es el fruto del conglomerado de razas y culturas que han convivido en nuestro país.

Negar, entonces, la enorme valía que han tenido y tienen las razas originarias peruanas en la construcción de nuestra cultura sería como negar nuestra propia condición de peruanos. Sin embargo, y esto es triste, no es difícil encontrar en cada esquina a ignorantes (que ignoran), acomplejados (con complejos) y tarados (con taras) en este tema. Debe ser triste, en verdad, vivir engañados y manipulados todo el tiempo por los diversos mecanismos de alienación que la cultura occidental moderna utiliza para “mostrarse superior” a las demás. Y esto es patético, pues está muy lejos de ser superior a las otras.

Ni en su relación con otras culturas, ni en su relación con el medio ambiente, ni con sus propios sistemas económicos y sociales, y ni siquiera en relación consigo mismo –ni individual ni colectivamente-, Occidente ha demostrado ser superior. En realidad, el modelo occidental de vida está en franca decadencia. Y hay tanto idiota (‘engreído sin fundamento para ello’, según definición del Diccionario de la Real Academia Española) que ni se da cuenta de ello.

Yo tengo de inga y, tal vez también, de mandinga; y soy plenamente consciente de que ello me enriquece. Así como enriquece al país el tener orígenes raciales y culturales muy diversos. Espero mantenerme lejos del idiota e ignorante en este tema. De Occidente tomo lo mejor, como de los ingas y mandingas. Esta fusión deleita mis sentidos, tal como hace con mi conciencia: sentir, en plenitud, que en mí viven amistosamente el occidental, el inga y el mandinga; como si así fuera desde el origen de la Tierra.

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Eyner Romero

Analista Social y Cultural

Analista Social y Cultural. Comunicador de la Universidad de Lima, experto en Desarrollo Social, con 20 años de experiencia profesional en empresas y organizaciones, de desarrollo, nacionales e internacionales. Consultor en Comunicación y Desarrollo, con posgrados en Gestión de Programas Sociales, Gestión Pública, Proyectos de Inversión Pública, y Derechos Humanos.

Ha sido docente de 3 Universidades, Director y Conductor de los programas de TV “Paradigmas” y “Política y Sociedad”, y Editor de diversas publicaciones. Es Conferencista, Coach Psicoterapeuta, y Promotor del Desarrollo Humano y Social. Es practicante de Reiki, y ha sido Instructor de Yoga.