Falta difundir la legislación tributaria para evitar contingencias leoninas

Los empresarios hoy en día quieren pagar impuestos. Desean cumplir. Pero el impuesto justo. Para ello -como todo en la vida-, deben de conocer detalles de la legislación tributaria, para así advertir con claridad las reglas de juego.

No se trata de eludir, ni evadir. Estamos aquí en el mundo de la “economía de opción”, de escoger las ventajas que da la Ley para pagar menos carga fiscal, que ya de por sí misma es muy alta en nuestro país.

Pensamos que este conocimiento, debe provenir desde los colegios, desde la educación secundaria, con un curso que verse sobre las obligaciones tributarias, sobre lo básico en lo impositivo. Para que se formen así las conciencias tributarias y se perfile un empresario responsable con los destinos del país y que a la vez sepa escoger adecuadamente en las diversas alternativas que brinda la legislación tributaria.

A la vez, debe haber campañas gratuitas y permanentes de capacitación y actualización tributarias, de parte de los gremios, municipios, cámaras, colegios de profesionales, etc. Aplaudimos las iniciativas de formación de la SUNAT, pero se pueden estar quedando cortas ante el universo enorme de pequeños empresarios que actualmente existen.

Por ejemplo, no todos los empresarios están enterados de que en el Nuevo RUS sólo existen ahora 2 categorías. Pocos saben también que solo en enero de 2017 se podían acoger al nuevo Régimen Mype Tributario (RMT).

Ya en lo que corre del año, pocos conocen de los topes de gastos que se permite en el Régimen General (RG) y en el RMT, y de los sustentos que se deben de guardar en los plazos de prescripción, tema sobre el que, de paso, nadie recuerda bien cuáles son dichos plazos.

Mínimos ejemplos de lo que un buen empresario debe conocer. Pero no tiene la culpa. Lo que falta es información, asesoría. La falta de ello hace que el contribuyente se llene de contingencias y multas no deseadas, y se hace un círculo vicioso: no se conoce la normativa, se cae en contingencias leoninas y se prefiere entonces ser informal. Algo que necesariamente debe cambiar, siendo la raíz del problema, la falta de un adecuado conocimiento legal, que solo las grandes empresas pueden costear.