Una generación triste

14 Febrero, 2017 / 11:47 pm

Actualmente en Latinoamérica un 30% de la población es Millennial. Y en 2025, representarán el 75% de la fuerza laboral del mundo. Se considera a la generación millenial como aquella que nació aproximadamente en 1984 y después. Las generaciones mayores ven a los millenials como un grupo difícil de manejar, narcisitas, perezosos, egoístas y desenfocados.

Cuando se les pregunta qué quieren, ellos/nosotros responden que quieren trabajar en un lugar con propósito, generar ‘impacto’, recibir comida gratis y estar en puffs. La idealizacion del trabajo gracias a Google. Lo curioso es que cuando algunos lo consiguen, pocos se consideran a sí mismos felices, ¿por qué? Simon Sinek, escritor y coach norteamericano, cree tener la respuesta. Para Simon, la infelicidad de los millenial se debe a cuatro factores: crianza, tecnología, impaciencia y ambiente.

  1. Estrategias fallidas de crianza

Simon explica que el problema con los jóvenes de ahora es que desde pequeños sus padres les dijeron que eran especiales todo el tiempo, que tendrían todo lo que quieran en la vida solo por quererlo, recibieron medallas por perder (lo que devalúa el valor de la medalla y la recompensa de quienes sí la merecían). Luego, estos niños crecen, van a la universidad, se gradúan, consiguen un trabajo y el primer día se dan cuenta que no tendrán todo lo que quieran, que no son más especiales que cualquier otro colega y que no se les premiará por fallar. Su autoestima se destruye.

  1. Tecnología

La dopamina es un químico que nos hace sentir bien y se libera en el cerebro cuando fumamos, cuando tomamos, cuando apostamos y cuando interactuamos con nuestros smartphones y redes sociales. O sea es adictivo. Por eso, cuando recibes un mensaje en WhatsApp, un comentario en Facebook, un favorito en Instagram se siente bien. Existen restricciones de edad para las tres primeras prácticas pero no para los smartphones.

Cuando somos niños la única aprobación que necesitamos es la de nuestros padres, pero cuando entramos a la adolescencia buscamos la aprobación de nuestros pares. Para Simon, la adolescencia es una etapa que nos mantiene estresados y ansiosos y en la que se supone que aprenderemos a apoyarnos y confiar en nuestros amigos, algunos adolescentes descubren el alcohol y los efectos de la dopamina que los ayudan a sobrellevar el estrés y la ansiedad de la adolescencia; sin embargo, el cerebro graba esta práctica y más adelante y cada vez que esa persona tenga demasiado estrés o esté muy ansioso no va a acudir a otra persona sino a la botella.

Lo mismo ocurre con los adolescentes y sus celulares, ya no saben cómo manejar el estrés y tampoco tienen las habilidades para formar amistades verdaderas, porque cuando tenían que aprender a formarlas, estaban en sus celulares. Las estadísticas señalan que la gente que pasa más tiempo en Facebook sufre índices más altos de depresión de los que pasan menos tiempo. Simon es claro, las redes sociales y los smartphones no son malos, asi como el acohol no es malo, son los excesos los que hacen daño.

  1. Impaciencia

Entonces esta/mi generación que tiene baja autoestima y no sabe cómo lidiar con el estrés es además impaciente. Y lo es porque hemos crecido en un mundo de recompensa instantánea. Si quieres comprar algo, ve a eBay y llega al día siguiente, si quieres ver una pelicula entra a Netflix y vela, si quieres salir con alguien haz un ‘match’ en Tinder y diviértanse, la generación millenial ya no necesita aprender los mecanismos sociales de supervivencia. Todo se consigue instanteanemente excepto la satisfacción laboral, la fortaleza en las relaciones, la felicidad. Para lograrlo hay que trabajar, hay que tener paciencia.

Es como si, comenta Simon, “los jóvenes de ahora estuvieran parados frente a una montaña y lo único que quieren alcanzar es la cima, pero se olvidan que para eso tienen que escalar la montaña. Necesitan aprender que ciertas cosas que relamente importan demoran. Y si no tienes paciencia y aprendes las habilidades sociales para saber pedir ayuda, te caerás de la montaña. Es una generación entera avanzando por la vida diciendo que todo está solamente bien sin encontrar alegria y realización personal verdadera”.

  1. Ambiente

Finalmente, esta generación de jóvenes que no tienen buena autoestima, que no saben combatir el estrés, que no han desarrollado sus habilidades sociales, que quieren conseguir todo en un mes, entran a un ambiente corporativo en donde importan más los números que las personas. Estos ambientes no los/nos ayudan a construir confianza, a aprender habilidades de cooperación, a superar los desafíos del mundo digital y a encontrar más balance en la vida, a superar la necesidad de recompensa instantánea y a aprender que lo que realmente vale no se consigue rápido.

Es muy poco probable que las empresas dejen de vernos como cifras, lo que sí es alcanzable es que nosotros cambiemos. Que no hayan celulares en las reuniones, que no hayan celulares cargando a nuestro costado mientras dormimos. Simon dice que cuando uno es alcohólico ya no hay alcohol en la casa porque no se confía en la fuerza de voluntad de el alcohólico para dejarlo. Que ocurra algo medianamente similar con los smartphones, cuando se quitan las tentaciones es más fácil dejar la adicción.

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Oscar González Romero

Abogado por la PUCP

Abogado por la PUCP, con especialidad en Derecho del Trabajo y la Seguridad por la PUCP, en Gestión Empresarial e Innovación por la Universidad Pacífico y en Gestión de la Diversidad e Inclusión por la Universidad Stanford.

Mi experiencia se concentra en la gestión de relaciones laborales y programas de gestión de desarrollo del talento y sostenibilidad. Me encuentran en Twitter como @OscarGonzRom.