Seguir al corazón, visualizar y perseverar
En cualquier circunstancia o camino que nos toca emprender, aprendamos a escuchar a nuestro corazón y a nuestra intuición.
8 Agosto, 2023 / 1:30 pm
1994 es un año muy importante y especial en mi vida. Para alguien que siempre pensó y quiso vivir viajando, recorriendo el mundo “tirando dedo” con una mochila a cuestas, este año marcó mi futuro y todo lo hermoso que el destino me fue regalando con una decisión.
Un 8 de enero me comprometí en matrimonio y un 4 y 6 de agosto me casé, civil y religioso, luego de 3 años de noviazgo. Acabamos de celebrar nuestro 29 aniversario y tenemos una familia hermosa con dos hijos maravillosos de 24 y 26 años.
Mirando en retrospectiva, a veces, no lo puedo creer, lo lejos que hemos llegado y como se pasaron los años tan rápido. Quién lo diría, como dice Shania Twain, en su canción “You’re still the one”, poca gente apostó por este matrimonio o creyó que llegaría hasta donde estamos ahora, pero eso no es lo más importante.
La apuesta, en cualquier decisión de la vida, es y debe ser solo mía, sí, puedo escuchar opiniones o “consejo hasta de un conejo” como dice mi mamá, pero debo seguir a mi corazón, a esa vocesita que me susurra por dónde ir o por dónde no ir. Y esa es la parte difícil.
"Debo seguir a mi corazón, a esa vocesita que me susurra por dónde ir o por dónde no ir. Y esa es la parte difícil"
En cualquier circunstancia o camino que nos toca emprender, aprendamos a escuchar a nuestro corazón, nuestra intuición, como la metáfora de Pepe Grillo en el cuento de Pinocho, escuchar la voz de mi consciencia porque ella nunca se equivoca y cada día me convenzo más y más de ello.
Lo segundo que uno debe hacer es “decretar”, o como dicen otros “soñar no cuesta nada”, pues volvamos a soñar en grande o en pequeño, los sueños no vienen por tamaños, porque no se pueden dimensionar, depende del soñador, pero visualizar lo que quiero para mi vida y dar los pasos hacia ese, o esos objetivos, tiene que ser práctica cotidiana.
Mi esposo lo decretó, muchos años antes de volver a verme, cuando yo aún era una niña y paseaba en mi bicicleta, cerca de la casa de mi primo que era su mejor amigo. Él siempre se acercaba a saludarme, me acariciaba la mejilla y me decía “tú vas a ser mi novia”. Me lleva 8 años de edad, en ese tiempo yo tenía 8 años y el 16, alguien diría que eso ¿era real? ¡Claro que no! Cuando él lo recuerda dice que me veía “graciosita”, quizás hoy con todo el tema del acoso, abuso infantil, y demás, no se entendería, pero en esas épocas las personas éramos más “sanas”. El destino y la vida se encargó de volver a juntarnos muchos años después, y permitir que no nos separáramos más.
"El destino y la vida se encargó de volver a juntarnos muchos años después, y permitir que no nos separáramos más"
En mi caso, cuando aún era chiquita y cantaba en el coro de mi parroquia, entre los 6 y 12 años aproximadamente, siempre que veía entrar a una novia, del brazo de su padre, me imaginaba que era yo de grande (todavía no soñaba con viajar y recorrer el mundo), entrando con mi padre. No me percaté de ese recuerdo hasta el día de mi boda, que fue cuando llegó a mí esa imagen como un “dejavú”. Esa escena ya la había visto antes, muchas veces, cuando era la niña del coro.
Para ir cerrando, lo primero, desde mi punto de vista, es “seguir al corazón”, lo segundo “visualizar” y lo tercero “perseverar”. El cliché “lucha por tus sueños” es real, es verdad. Nada es fácil en esta vida. ¿Mi matrimonio? ¡Tampoco! Tuvimos muchos momentos difíciles, cruciales, diría yo, pero no nos rendimos, perseveramos, luchamos por mantenerlo a flote, por consolidarlo y todavía seguimos en esa lucha porque nada está dicho y es un proyecto que se debe cuidar todos los días.
Lo que quiero transmitir, con la analogía de mi matrimonio, es que sea lo que sea que estés emprendiendo o que tengas como proyecto de vida: una relación de pareja, una empresa, una familia, un nuevo trabajo, etc; tienes que perseverar. Si es para ti, será. Si no lo es, te llevarás una experiencia más que sumarás a tus aprendizajes como ser humano. “Todo es como tiene que ser” y “Todo llega cuando tiene que llegar”. Namasté!
Patricia Romero
Gerente General de Comunic@más

Soy profesora, graduada en la Normal de Monterrico (Instituto Pedagógico Nacional-Monterrico) y bachiller en educación por la Unifé.
Me acerqué al mundo editorial cuando escribí unidades de Historia para los libros de enseñanza de Historia, para colegios, de la Editorial española SM. También tuve la oportunidad de colaborar con la revista Strategia de Centrum Católica, un año antes de fundar Gan@Más, en el 2011. En agosto del 2012 lanzamos el primer número de la revista Gan@Más y llevamos once años promoviendo el ecosistema de innovación y emprendimiento.
En esta columna abordaré diversos temas, del día a día, de la vida cotidiana, anécdotas o experiencias que me toque enfrentar, etc. No soy especialista en temas económicos, o políticos, pero algo sé de emprendimiento, maternidad, matrimonio, yoga y meditación, coach ontológico, pero sobre todo, creo que sé y conozco por lo que la vida y las experiencias me han ido enseñando… y como no se trata de mis “saberes” sino de lo que puedo aportar con ellos, desde esta columna estaré muy honrada de transmitir mis opiniones y también escuchar las que tengan los lectores para darme. Namasté!