Inés Temple: “Si se educa a las niñas podemos romper el círculo de la pobreza”

“Hoy les traigo el título profesional de Esther, una de las mujeres más inteligentes, creativas y líderes que he conocido en mi vida. Pero como ven, está vacío. Esther no terminó el colegio, se quedó en 3er grado. Su mamá la retiró para que se quedara en la casa cuidando a sus hermanitos y ella tampoco tenía muchas ganas de estudiar, ¿para qué? A los 16 años quedó embarazada de su primer hijo. ¿Qué ha sido de Esther? tuvo cinco hijos más y ha trabajado 40 años limpiando casas ajenas para sacarlos adelante, de ellos, 20 conmigo. Ella es la que maneja mi casa y yo puedo trabajar fuera gracias a ella y además estoy convencida de que Esther podría hacer mi trabajo mucho mejor que yo”.

Con esta introducción empezó Inés Temple su presentación sobre inclusión social en la Cumbre de Gobernadores del FMI y el Banco Mundial.

Inés es presidenta del Consejo Directivo de Care Perú y presidenta de LHH – DBM Perú y de LHH Chile, empresas consultoras líderes en outplacement (recolocación de personal) y movilidad del talento en ambos países.

Modelos de mujer

Inés recordó que cuando era niña pensaba que no tendría que trabajar fuera de casa, ya que su mamá no lo hacía. “Recuerdo esas noches frías cuando mi papá, que era médico, tenía que salir a visitar pacientes mientras que mi mamá se quedaba en su cama calientita y yo decía que suerte que soy mujer porque no voy a tener que salir a trabajar”.

También comentó sobre dos señoras, de su barrio, que habían quedado viudas, ambas con hijos. Una había sido profesional, había estudiado y pudo sacar adelante a sus hijos, mientras que la otra tuvo muchas dificultades, se casó muy joven, nunca pudo estudiar y salir adelante le costó mucho teniendo que recurrir a sus amigos y vecinos en reiteradas veces. “Yo siempre pensé que si algún día me tocaba quedarme viuda, ojalá no tuviera que verme en una situación tan complicada como esa. Sin embargo, porque la vida es así, años después me tocó. Murió el padre de mis hijos y yo tuve que salir a trabajar. Felizmente tuve suerte, gracias a la educación que me dieron mis padres, y hoy mis hijos, los tres ya son grandes, son profesionales y dos de ellos ya acabaron su MBA”.

Situación de las mujeres en el Perú

Inés dijo que su situación fue diferente, ella tuvo oportunidades. “Pero Esther no las tuvo, como no las tienen millones de mujeres que en el Perú viven en extrema pobreza y de ellas 600 mil niñas sin poder ir al colegio”.

Agregó que en los andes, 7 de cada 10 niñas no acaban el colegio y en la selva es mucho peor, 9 de cada 10 niñas nunca acabarán el colegio.

“La situación de estas niñas es crítica, están abandonadas, no van a las aulas, no tienen oportunidades, no tienen un proyecto de futuro. Son una población realmente vulnerable.
Entre los índices de violencia que toleran las mujeres con educación, 5% la tolerará, pero sin educación, el 65% lo hace y entre las niñas sin educación, la maternidad es cuatro veces mayor que en aquellas que sí la tuvieron”.

Señaló que hay una necesidad de enfocarnos, como país, en la educación de las niñas ya que el 25% de ellas nacen en la pobreza pero si se educan podrán ser parte activa de la sociedad y romper el círculo de pobreza que heredaron de sus madres. “Por cada año más que ellas avanzan en el colegio podrán ganar 20% más de salario, cuando tengan que trabajar y serán cuatro veces menos propensas a casarse a temprana edad. Podrán decidir cuántos hijos tener y estos podrán ser más saludables. Es más, los hijos de mujeres que acabaron la secundaria tienen 40% más de posibilidades de vivir más allá de los cinco años”.

Siguiendo con las cifras, Inés Temple mencionó que de los ingresos que tiene una mujer pobre, destina a su hogar el 90%, mientras que el hombre solo el 30%.

En un país donde el 10% más, de niñas, son educadas, el PBI aumenta en un 3%.

Niñas con oportunidades

Inés dio este preámbulo para dar a conocer “Niñas con oportunidades”, el nuevo proyecto bandera de Care Perú, una ONG que busca mejorar la vida de la población desprotegida y que tiene el objetivo de lograr que más de 100 mil niñas, en situación de pobreza, acaben su colegio a tiempo y puedan aspirar a mejores oportunidades. “Nuestro gran enemigo es la deserción escolar y para combatirlo tenemos que trabajar con los padres, maestros y ciertamente con las niñas”, dijo.

– Con los padres: Es un trabajo duro, arduo, en el que se tiene que genera un gran cambio cultural para que comprendan el valor de que sus niñas acaben el colegio, que tengan un futuro, porque cuando en una familia muy pobre tienen que escoger todavía escogen que vaya el hijo y no la hija porque ella se quedará cuidando a los hermanitos, al ganado, cultivando la tierra.

– Con los profesores: Para que no solo nos alerten cuáles son las niñas con mayores posibilidades de desertar sino, fundamentalmente, para que les den a ellas también una voz clara, que las llamen, que las hagan sentir valiosas.

– Con las niñas: Para despertar en ellas el fuego interno de ‘yo quiero acabar mi colegio’, ‘yo quiero tener oportunidades’, ‘yo quiero poder estudiar algo más después’ y vamos a darles también las habilidades adicionales que necesiten para que al acabar su colegio puedan ser partes activas de la sociedad.

“Este es nuestro proyecto que busca que cada vez más niñas en el Perú no sean olvidadas, no estén ausentes en las aulas, que puedan tener un futuro, que rompan el ciclo de pobreza que heredaron y que no lo pasen a sus hijos. Estas niñas con educación tienen el poder de cambiar el mundo y nosotros, todos, tenemos el poder de ayudarlas a cambiarlo. A que no sean una página en blanco, en la historia del Perú, démosles oportunidades a nuestras niñas”, finalizó Inés.