¡Cuidado con el emprendimiento caviar!

En la Francia socialista de los 80, en el gobierno de Miterrand, el periodista Daniel Benoits acuñó el término “gauche caviar”, para referirse en forma peyorativa a todo el grupo de personas que decía ser socialista y llevaba una vida muy opuesta a los valores y credos de la izquierda. Ese término fue importado al Perú en los inicios de la década del 2000 por Herbert Mujica Rojas y, luego de unos años, masificado por Aldo Mariátegui, quien es un férreo opositor a esa ideología política.

En esta columna no voy a tratar en absoluto de política, pero el término servirá para ilustrar algo que me parece muy importante de compartir: ¡Hay que tener cuidado con el emprendimiento caviar!

Cuando los antes mencionados periodistas, y ya una corriente grande de personas, se refieren y critican a los caviares lo hacen principalmente con la siguiente afirmación: son en su mayoría enormes grupos de personas que predican muchas cosas que nunca en su vida aplicaron en la práctica, que se sentaron a formular estudios planes, investigaciones y demás desde un escritorio, pero jamás bajaron al llano a ejecutar nada y, en casos peores, se enriquecieron a punta de consultorías, servicios al Estado, ONGs y demás prácticas… mientras el pueblo, la seguridad ciudadana, la educación, alimentación y otras causas que decían apoyar: bien gracias.

En el caso de montar un emprendimiento desde cero, lo que los fundadores, en enorme cantidad yerran con absoluta contundencia, es en que dedican gran parte de su tiempo a participar de charlas, conferencias, talleres, workshops, leer libros, buscar inversionistas (muchas veces con nada más que un Power Point, ni siquiera un prototipo de producto al aire o un landing page) y a hacer networking. El problema de todo este networking es el hecho: tú y tu startup NOTWORKING. El más grande problema de un equipo fundador debería ser trabajar en su producto, por una sencilla razón: un gran producto ayuda a que todos los demás problemas (prensa, marketing, ventas, financiamiento, etc.), sean mucho más fáciles de resolver, en cambio puedes ser un gran vocero de medios, un excelente marketero, un notable financista, vendedor, etc., con un producto basura y lo más probable es que fracases.

Una startup no se edifica cuando estás haciendo pitch con tu ppt, concursando, haciendo redes de contactos, etc. Toda esa teoría que vas a acumular, no te va a solucionar la vida, lo único que te va a facilitar la vida es trabajar en tu producto y eso no lo haces en talleres o charlas, lo haces en tu oficina (propia, tu casa, coworking, Starbucks, Bembos, cualquiera que sea) y trabajando con tus usuarios.

Por otro lado, el gran problema de esta caviarización del emprendimiento es que cuando se cae en ese error se comete otro incluso peor: los nuevos terminan buscando alimentarse de mentorías, asesorías, consultorías pagadas, clases y demás por parte de otros emprendedores caviares que poco o nada de partidos ganados tienen, para demostrar que saben de lo que hablan. He visto infinidad de emprendedores cambiando por completo su modelo de negocios, agregando features o modificando totalmente de producto, cambiando nombres de marca, regalando % de equity de sus empresas a cambio de hacerte “advisor” y demás cosas que al final nada bueno le traen a tu empresa. Cuando te vaya pésimo, porque probablemente si inviertes tanto tiempo en esto, no dedicarás nada de tiempo a construir realmente tu empresa, ninguno de estos personajes moverá un dedo para ayudarte.

Conclusiones: Amigo emprendedor, cuidado con el emprendimiento caviar: invierte muy bien tu tiempo y dedícate a trabajar en tu producto 24/7. Lo demás -si- llega, será después, paso a paso. Ten mucho cuidado de a quién y por cuánto le pides consejería y asesoría; hay buenos profesionales haciendo esos trabajos y hay otros que no. No seas absolutista, no todos los que están, de alguna forma involucrados en emprendimiento e innovación, tienen que ser emprendedores, hay personas que van a tener otras especializaciones y habilidades porque desde donde van a trabajar al servicio de la industria las tienen que tener (caso de funcionarios estatales que formulan políticas públicas). Lo que sí, si vas a pedir consejo y escuchar personas sobre un tema “zapatero a su zapato”, al funcionario público pregúntale por temas relacionados al Estado, al vendedor sobre ventas, al marketero sobre marketing, al inversor sobre financiamiento. ¿Se entiende el punto no?